El Real Madrid acaricia el regreso de sus “samuráis” defensivos. Carvajal, Rüdiger y Militao están cada vez más cerca de volver al césped en este Mundial de Clubes, tras una larga travesía por el desierto de las lesiones. El club no solo los ve casi listos, sino que los ha elegido como imagen de la nueva segunda equipación, un gesto simbólico de confianza en su peso dentro del vestuario.
En la primera sesión en Palm Beach, los tres participaron activamente: Carvajal centrando desde banda, Rüdiger rematando con fuerza, y Militao completando tareas específicas. El diagnóstico es claro: su retorno es cuestión de días, probablemente al final de la fase de grupos.
Aún así, no hay prisas. La presencia de Huijsen y Alexander-Arnold permite una reincorporación progresiva. El club no quiere forzar ni a Carvajal —que ha trabajado sin descanso desde su grave lesión en octubre— ni a Militao, cuyo proceso ha sido más complejo.
El regreso de los tres, con más de 500 días de baja acumulados, es un refuerzo de jerarquía. Especialmente Carvajal, segundo capitán y figura clave para Xabi Alonso, con quien compartió vestuario como jugador. Un regreso que el club celebra como lo que es: una cuenta atrás definitiva.